Logo Enrique Neira

 

 

     

  En los años cincuenta Colombia vivió “la Violencia”, que fue una guerra fratricida entre sus dos partidos políticos tradicionales (liberales y conservadores). Tuvo una dinámica destructiva que produjo miedo y desarticulación social, la cual apenas comenzó a superarse con el Frente Nacional cuando se pactó la alternación política de los partidos y sus prebendas durante cuatro períodos (1958-1974). Pero fue allí donde se incubó y cuando fue propagándose la violencia guerrillera sobre todo en regiones campesinas, aupada por el castrismo cubano y el apoyo soviético-chino. Desde el 2011, el nuevo gobierno colombiano adelantó conversaciones bien diseñadas y efectivas con las FARC para poner fin a medio siglo de conflicto armado con ellas.

 

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 Nada en este país con dicho proceso volvería a ser igual. Para Colombia, que por primera vez en diez años volvió a ilusionarse con la paz, representaba al parecer la última oportunidad de solución negociada a un desangre fratricida de larga data. Colombia entró así, por cuarta vez,  durante los últimos 30 años, en un proceso de paz con una guerrilla avezada, la más importante, mejor financiada y más longeva de todo el planeta.

  • Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) -tras acciones de actuar disperso anteriores- nacen formalmente en Marquetalia (lugar estratégico al oriente del Tolima) en 1966, con un Programa Agrario bandera y una Constitución dada por la IIª Conferencia Nacional de Guerrilleros. En la VIIª Conferencia (1982), las FARC adoptan una clara y estratégica concepción de ejército popular revolucionario (EP). En la VIIIª Conferencia (1993), las FARC asumen un Plan Estratégico en Bloque. Crean los 7 frentes hasta ahora existentes, y amplían de 5 a 7 miembros el Secretariado que coordina y supervisa el desempeño del Bloque.

    En la IX Conferencia (trece años después, marzo 2007) reúne para consulta en forma 'virtual' -a través de internet (por la imposibilidad de reunirse físicamente dada la presión de la Fuerza Pública)- a 120 miembros de las FARC (9 del Secretariado, 31 del Estado Mayor, 80 voceros de los frentes) quienes reconocieron: 1º que las estructuras armadas del Bloque así como su financiamiento estaban dando señales de agotamiento; 2º) que había un fenómeno preocupante de deserciones (6.431 desde agosto 2002 hasta febrero 2007); 3º que disminuía la capacidad  de control del Secretariado sobre lo que sucedía al interior de los frentes. Es decir, ni la ideología ni la organización se podía considerar ya monolítica.

            Pero la curva estadística era elocuente y preocupante también para el 'establecimiento'. Desde 1980 hasta 2002, todos los gobiernos -a pesar de sus esfuerzos y de sus intenciones- eran testigos del crecimiento en combatientes (1.200 en 1980, 10.500 en 1990, 21.000 el año 2000). Asimismo la expansión territorial de la guerrilla era innegable (había presencia en 170 municipios el año 1985, en 600 municipios el año 1995 y en 870 municipios el año 2002).  Pero en el 2006, tras el primer cuatrienio de embestida por el gobierno de Uribe, las cifras habían cambiado. Los combatientes habían bajado a 14.000 y su presencia de ´impactación´ territorial no llegaba a más de 400 municipios.

            Sin embargo, la guerrilla le siguió apostando a una escalada militar. Aunque no sabía con qué estrategia de acumulación de recursos humanos, financieros y militares contaba en realidad para poder enfrentar la ofensiva integral y sin pausa que venía ejerciendo el gobierno de Uribe Vélez.

            Un famoso Manifiesto de intelectuales colombianos, de diferente color político, sí tenía ya por entonces claras sus conclusiones respecto del largo accionar de las FARC y del ELN : "han demostrado en 40 años de accionar bélico su inutilidad para el país. No han sido protagonistas del cambio: no han tomado el poder y no han hecho la revolución. Ni siquiera han servido de catalizadores de la reforma del sistema".

            Además, por primera vez en la historia de una jactanciosa  guerrilla como ha sido las FARC, ella parecía aceptar la “dejación de armas” -pero no como una ´rendición´- y la “reincorporación a la vida civil”, porque acababa de pasar ocho años en los que los herederos de Tirofijo sufrieron una derrota militar estratégica a manos del presidente Uribe. Gracias a él -en la administración Santos- no se negocia con las mismas Farc que años atrás en La Uribe (1986-1990) y el Caguán (1998-2002) engañaron a los dos gobiernos anteriores e intentaron después acabar físicamente con Uribe y su política. En esta nueva coyuntura no serán ni de lejos el contrincante que llegaba a la mesa sintiéndose de igual a igual con el Estado colombiano, como en  tiempos anteriores.
El anti belicismo mundial es un ingrediente más y muy oportuno que se añade en esta coyuntura. Colombia no puede ser  ajena al clima antibelicista que se respira a nivel mundial. Tanto el tiempo internacional como el nacional corren actualmente en contravía de los actores armados no estatales. Tras los atentados terroristas de Al Qaeda el 11-S del 2001 y la reciente sensata salida de las guerras que EUA se había buscado afuera (Irak, Afganistán y otras), existe a nivel mundial un clima de “cero tolerancia” hacia la violencia armada como recurso de acción política.  La muerte como argumento para imponer un proyecto de sociedad ya no tiene cabida en un planeta que reclama tolerancia, aceptación de la diferencia y una resolución pacífica de los conflictos. George Bush y Osama Ben Laden pasaron a la historia como dos antihéroes en un mundo sediento de paz. Ante este nuevo panorama internacional, los riesgos para los grupos guerrilleros colombianos (FARC, ELN) eran simple y llanamente dramáticos para no llamarlos suicidas.*/
Existe una variada e interesante novelística colombiana sobre el tema, bien recogida y analizada por la escritora Laura Restrepo Niveles de Realidad y Literatura, que ayuda a precisar desde qué ángulo partidista se apunta al contrincante y cuáles las fortalezas o debilidades de los personaje en juego, alguno de ellos -el último-ocupó cargo de carrera política administrativa y otros fueron llevados al cine.

  • Viento seco, Caicedo
  • Zarpazo, Buitrago
  • El Monstruo, Pareja
  • Siervo sin tierra, Caballero Calderón
  • Las muertes de Tiro Fijo, Álape
  • Cóndores no entierran todos los días, Alvarez G.
  • La mala hora, García Márquez
  • El Gran Burundún-Burundá ha muerto, Zalamea
    TEMAS:
  1. Historial Político
  2. ¿Cuál paz?
  3. Farc
  4. Causas del conflicto armado
  5. Decantado proceso de paz
  6. Avatares del proceso
  7. Los grandes temas acordados
  8. El acuerdo final
  9. Post conflicto
  10. Conclusión

 


ENF  11-07-2016